Una palabra para las mujeres que aman a Dios. (1)
"El cielo las necesita para hacer nacer grandes victorias"
Las distinciones de Génesis
Cuando el Señor creó a la Humanidad, les dio a los hombres una serie de cualidades (o gracias) especiales y otras diferentes y exclusivas a las mujeres. Adán fue creado con una capacidad administrativa y organizadora que le permitía identificar y definir el mundo que lo rodeaba. Al ponerle nombre a cada animal introdujo un orden y una estructura a la existencia humana, definiendo, en efecto, la realidad de la vida.
Dentro de la genética de este primer hombre existían también las cualidades poderosas, aunque en forma latente, de la mujer. Mientras que Adán dormía, el Espíritu le sacó al hombre una costilla. Convirtiéndola en una mujer, el Señor le creó a Adán una compañera que no sólo era la adecuada para él, sino que ampliaba poderosamente su capacidad creadora. De hecho, la mujer le trajo al mundo de Adán muchas cualidades y gracias que antes no existían, siendo la más importante el poder de concebir y dar a luz.
Cuando Adán contempló a la primera mujer dijo: “Ahora, ésta es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada Mujer, porque fue tomada del hombre” (Gen. 2:23). Adán pronto comenzó a entender el mayor poder de su compañera, la capacidad de concebir y traer vida al mundo. Reconociendo esta cualidad, la llamó “Eva”, que significaba “vida”. Eva desempeñó un papel esencial en el desarrollo de los nuevos inicios de la vida. "Ella sería la madre de todos los vivientes” (Gen 3:20).
Necesitamos avivamiento
El Señor le dio a Adán una capacidad primordial de nombrar y establecer la realidad. A la mujer le dio la capacidad especial de concebir y traer al mundo esta realidad. El punto fuerte principal de cada género es que el hombre establece y la mujer es la que lo hace nacer. Recuerda, estas cualidades no eran simplemente “humanas”, sino que eran reflexiones de lo divino. La capacidad del hombre de traer orden al mundo, de definir y estructurar lo que era antes aleatorio es un atributo divino. La capacidad que tiene la mujer para concebir e incubar a la vida, y después hacerla nacer es también otro aspecto de la naturaleza divina.
La capacidad de dar vida
Hoy luchamos contra el avance de Satanás en muchos campos: Ya sea en guerras y ataques terroristas o con el siempre creciente aumento de la iniquidad en nuestro mundo. Necesitamos avivamiento. Para obtener un despertar en el ámbito nacional, debe desencadenarse el poder que Dios ha depositado en las mujeres. Todos los esfuerzos del hombre para establecer leyes y gobernar con justicia no cambiarán de verdad la cultura. Hace falta que se derrame la presencia de Dios. Estoy hablando de algo que es mayor que un gobierno o que unas leyes justas. Digo que Dios está levantando y ungiendo un ejército de oración compuesto por mujeres que están a punto de recibir aun más poder al interceder ante Dios por sus naciones.
Francis Frangipane.-
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